La inmigración ha bajado notoriamente, pero no porque quieran marcharse de España, sino porque en sus países de origen pueden encontrar lo mismo que aquí: problemas para encontrar trabajo y para comer dos veces al día, pero en familia.
La miseria, al principio era una endemia, se convirtió en epidemia, y ahora en pandemia. La miseria no conoce fronteras ni distingue países. Ahora toca emigrar de nuevo. Pero, de retorno, de donde un día salieron con mil ilusiones y esperanzas.
La miseria, al principio era una endemia, se convirtió en epidemia, y ahora en pandemia. La miseria no conoce fronteras ni distingue países. Ahora toca emigrar de nuevo. Pero, de retorno, de donde un día salieron con mil ilusiones y esperanzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario