Calderón de la Huerta

No hay nada más raro en el mundo que una persona a la que siempre podamos tolerar.
La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes.

miércoles, 22 de julio de 2009

La ex mujer de un Concejal de Panochilandia

La ex mujer de un Concejal de Panochilandia, en trámites de divorcio, pasó el primer día muy triste embalando sus cosas en baúles y maletas, y su mobiliario en grandes cajas. Al segundo día, vinieron y recogieron sus pertenencias y muebles. Al tercer día, se sentó en el suelo en el comedor vacío, puso música suave, dos velas, dos kilos de langostinos, un plato de caviar y una botella de vino blanco fría hasta más no poder. Cuando terminó de comer, desmontó todas las barras de las cortinas de cada habitación, le quitó los tapones de los extremos y dentro puso la mitad de los langostinos y un poco de caviar, y las colocó de nuevo con sus tapones de los extremos. El Concejal se quedó con la casa con nuevos muebles y con nueva novia. Todo fue perfecto los primeros días. Sin embargo, lentamente la casa empezó a oler. Utilizaron de todo, limpiaron, fregaron y airearon toda la casa. Los ventiladores fueron revisados por si hubiera algún ratón muerto y las alfombras fueron lavadas. En cada esquina se colgaron ambientadores. Se gastaron cientos de botes de spray de todas las fragancias. Hasta pagaron para cambiar todas las valiosas alfombras de la casa. Nada funcionó. Nadie volvió a visitarlos, ni siquiera los propios concejales del partido, los trabajadores se negaban a trabajar en la casa y hasta la criada renunció. Finalmente, el Concejal y la novia tuvieron que mudarse desesperados. Todavía, al mes no habían encontrado a quién vender la nauseabunda casa. Inclusive los vendedores se negaban a responder a sus llamadas. Decidieron gastar muchísimo dinero comprando una nueva casa. La ex esposa llamó al hombre para asuntos del divorcio y le preguntó cómo estaban los trámites. Él le contestó que bien, que el Concejal estaba vendiendo la casa, pero sin decirle las verdaderas razones. Ella lo escuchó con mucha calma, y le dijo que ella extrañaba demasiado la casa y que ella hablaría con los abogados para arreglar los papeles con tal de conseguir la casa de nuevo. El Concejal, sabiendo que su ex esposa no tenía la menor idea del mal olor, aceptó la negociación por una décima parte del precio real de la casa con tal de que ella firmara ese mismo día. Ella aceptó, y en menos de una hora, él le mandó los papeles para firmarlos. Una semana más tarde, el Concejal y su novia se detuvieron en la puerta de la vieja casa con una sonrisa en los labios, viendo como embalaban todos sus muebles y los metían en un camión camino a su nueva casa… ¡incluyendo las barras de las cortinas!

La cortadora de cesped del Concejal de Panochilandia

En el chalet del Concejal de Panochilandia, la cortadora de césped (eléctrica) se estropeó...

La mujer del Concejal, no hacía mas que darle la tabarra, diciéndole que debería arreglarla; él estaba hasta el gorro, por no decir hasta los ‘00’, de la misma cantinela.

El Concejal, siempre estaba haciendo otras cosas más importantes, por ejemplo: lavar el Mercedes, hacer un informe, un whisky con los amigotes... en fin... lo que para él parecía más importante...

Un día, ella, pensó un modo de convencerle muy sutil.

Cuando llegó a casa, se la encontró agachada en el césped crecido, ocupadísima recortándolo con su tijerita de costura...

Eso, al Concejal le llegó al alma... se emocionó...

Decidió entrar en casa y volvió después de unos minutos, llevándole su cepillo de dientes..., se lo entregó y se le ocurrió decirle:

- Cuando termines con el césped, podrías también barrer el patio...

Después de aquello, no se acuerda de nada.... se quedó en blanco...

Los médicos dicen que volverá a caminar, pero que quedará algo cojo el resto de su vida...

Terapia de Grupo en cualquier lugar del planeta

Cuatro pacientes reunidos.

El terapeuta les pide que se presenten, que digan cuál es su actividad y que comenten por qué la tienen.

El primero dice:

- Me llamo Paco, soy político porque quiero hacerme rico.

El segundo dice:

- Me llamo Ángel. Soy ginecólogo porque me gusta trabajar donde otros se divierten.

La tercera dice:

- Me llamo María y soy lesbiana porque me gustan los pechos, los culos y me enloquece tener sexo con mujeres.

El cuarto dice:

- Soy Manolo, hasta hace unos minutos estaba convencido que era albañil, pero acabo de descubrir que soy lesbiana.

sábado, 11 de julio de 2009

Las ampollas del Camino de Santiago


¿A quién se le ocurre ir al camino de Santiago con botas recién estrenadas, calcetas con costuras, y además, jamás haber ido a la oficina andando, estando ubicada a 100 metros de casa?

Pues, querido mío, tan sólo puedo decirte: ¡SUFRE MAMÓN!

Mira que te lo dije; entrena por lo menos un mes antes, vete al malecón a acostumbrar las botas a tus juanetes desorbitados, a oxigenar esos pulmones incrustados de nicotina…

¡Qué cruz señor, señor! Y no me refiero al ‘sobrinísimo’, que por cierto, menudo papelón el del Audi, hasta que apareció RF, y puso las cosas en su sitio.

Que no me llames más, que no quiero saber de tus ampollas, que las ampollas no se curan a distancia, y que lo siento por tu mujer, que te ha dejado a la altura de Portomarín…y que me llama muy ufana por haberse deshecho de ti: estaba hasta el moño de tus lamentos…y ojo: en el Camino de Santiago se liga.

Consejo: descansa en una posada y lee el libro que te regalé: La rumba que llegó del frío.

LAS CIEN DONCELLAS
Cuenta la leyenda que en tiempos del mítico rey Mauregato, los conquistadores sarracenos imponen a los cristianos la obligación de entregarles cada año un tributo de cien doncellas.

Habían en todo esto de Almanzor dar
cien doncellas hermosas que fuesen por casar,
habíanlas por Castiella cada una buscar,
habíanlo de cumplir, pero con gran pesar.

Dice con gracioso anacronismo el Poema de Fernán González.

Este tributo se mantiene hasta el reinado de Ramiro I, quien se niega a que sea satisfecho, lo que desencadena una encarnizada guerra que libra su batalla decisiva en los campos clavijanos. En tal momento y en desventaja las tropas cristianas, aparece el apóstol Santiago sobre su blanco corcel: blande una cegadora espada con la que carga contra la morisma y consigue decantar la suerte del lado de la Cruz. Corre el día 23 del mes de mayo del año 844 del Señor.

Extractos del libro "Curiosidades del Camino de Santiago". Autor.- Juan Ramón Corpas Mauleon. Editorial Edilesa

jueves, 12 de febrero de 2009

¡Qué cruz Señor, qué cruz!


Todos –o casi todos- tenemos una Cruz a cuestas. Pero, ¿nos la buscamos? ¿La merecemos? ¿Nos la adjudican?
Me contaron lo que a continuación relato:
Un hombre se preguntaba mil veces sin respuesta por qué su cruz doblaba sus espaldas.Habló con Dios mirando las estrellas, y sollozando dijo: "Es muy pesada". Sin embargo Dios le hizo ver con toda su paciencia cuánto y por qué, estaba equivocado; y poco a poco empezó a darse cuenta, de que su cruz se tornaba liviana. Vio pasar miseria tan inmensa colgada en los harapos de una anciana. Vio a un joven muriendo de tristeza por una enfermedad que lo acosaba. Una madre con toda su entereza, a su hijito con dolor sepultaba.
Luego miró sus manos... vivas, bellas, sobre ellas una cruz se destacaba.
De pronto dijo Dios: "Di cuánto pesa" y le dijo: "Señor... no pesa nada".
Ante los problemas de la vida, cualquiera que sea tu problema o tu dolor, no debes olvidar mirar a tu alrededor y ver las cosas con que se enfrentan los demás... y en ese momento sentirás que tu cruz no es tan pesada...

viernes, 16 de enero de 2009

Ahora, ¿adónde emigro?


La inmigración ha bajado notoriamente, pero no porque quieran marcharse de España, sino porque en sus países de origen pueden encontrar lo mismo que aquí: problemas para encontrar trabajo y para comer dos veces al día, pero en familia.
La miseria, al principio era una endemia, se convirtió en epidemia, y ahora en pandemia. La miseria no conoce fronteras ni distingue países. Ahora toca emigrar de nuevo. Pero, de retorno, de donde un día salieron con mil ilusiones y esperanzas.

martes, 16 de diciembre de 2008

El otoño desde mi balcón...


Parece que llega la calma. El fulgor del sol es más sutil, las hojas se colorean. ¿Aparece una gota de tristeza en nuestro ánimo? Algunos animales se esconden, otros se aparean; yo escribo, y tengo que darme prisa, mis personajes me esperan, parecen de carne y hueso y hasta respondones. ‘La rumba que llegó del frio’ es la que pone color a mi vida en estos instantes.
Un saludo.
C. de la H.